En esta ocasión les voy a contar algo que me sucedió, y resulta que, por muchos años, colocamos un hermoso librero, libros y algunos otros elementos que decorarían el estudio, como cascos de futbol, la impresora, y algunos elementos más.
La realidad es que este espacio por varios años fue de poco uso, y el hermoso librero se convirtió en acumuladores de libros y objetos de todos tipos además de polvo.
Con el trabajo en casa este fue uno de los espacios que adoptamos como oficina, además de gimnasio y área de juegos, pero después de varios días y horas, en el mismo espacio nos percatamos de un aroma extraño y que estornudábamos mucho.
El domingo me di a la tarea de buscar la razón y encontré que atrás de mi hermoso librero tenía moho por la humedad que estaba penetrando a través del muro. Por la parte exterior me di cuenta que la pintura ya había comenzado a descarapelarse y rebotaba el agua de la lluvia, que cae en un patio trasero de poco tránsito y difícil acceso.
Investigue sobre impermeabilizantes y el que me convenció más fue Soudagum Hydro Niasa en color blanco, que permite su aplicación tanto en paredes como en piso y con grandes ventajas:
- No contiene solventes, por aquello de los gases y olores molestos
- Soporta fisuras del muro de hasta 3 mm, sin necesidad de que primero se selle
- Puede aplicarse aun lloviendo y soporta un aguacero después de 2 horas de haberse colocado, es decir que este verano con luvias constantes, nada me detendrá
- Y por último que me pareció super bueno, es que el producto tiene 25 años de garantía sin mantenimiento previo en zona de tránsito, lo que significa que si lo aplico adecuadamente, no volvería a tener humedad en mi estudio y no me preocuparé en un buen tiempo de ese cuarto.
El encargado de la tienda me explicó que es muy fácil su aplicación, por lo que me di a la tarea de comprar el Soudagum Hydro Niasa, un rodillo y un cepillo para colocarlo yo misma.
El domingo por la mañana a pesar de que amaneció lloviznando, decidí apurarme para terminar mi rápido. Limpié el muro completamente de moho, polvo y pintura suelta con el cepillo, abrí la cubeta, mezcle bien el producto y comencé aplicar la primera capa con el rodillo en sentido horizontal. Si bien el producto no es tan fluido, con un poco de maña y después de un tramo de práctica, avancé hasta terminar el muro.
El clima me ayudó y después de un rato dejo de lloviznar, y salió el sol por lo que a las 3 horas ya se encontraba seco, listo para recibir la segunda capa. Con la práctica de la primera capa, apliqué el sentido contrario, es decir, en sentido vertical la segunda capa, justo a tiempo antes de que nuevamente comenzara a llover de nuevo.
¡Listo! Terminé la etapa de impermeabilización, ahora es momento de regresar al interior en el estudio. Eso sí fue perfecto, porque no hubo necesidad de pintar el muro, pues quedó muy bien como pintura blanca.
Ya en el estudio, aspirar y limpiar el resto de suciedad que se había formado por el salitre y demás cosas, fue muy sencillo, aunque todo requiere de un poco de esfuerzo.
Acomodamos de nuevo libros y decoraciones que habíamos acumulado por años con una linda lámpara y ahora es el mejor lugar para trabajar por las mañanas y por las tardes, un espacio de relajación.
Platíquenme qué proyectos han realizado ustedes en estos días y comentemos lo nuevo que trabajaremos para hacer de nuestro hogar, un lugar más confortable.
Karina Tips
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